Probablemente cuando piensas en el término “juguete sexual”, la primera imagen que te viene a la mente sea la de un dildo con forma fálica e incluso de apariencia intimidante. Sin embargo, en los juguetes sexuales hay una diversidad impresionante en tamaños, formas y funciones. 

En esta ocasión les hablaré sobre la diferencia entre dildo y vibrador, que anteriormente se conocía como consolador, un término que quedó completamente vetado ya que es inapropiado y erróneo pues no está “consolando” a nadie. Dicho esto, es importante aclarar que un dildo y un vibrador son dos cosas diferentes. 

¿Qué es un dildo?

Un dildo es un juguete sexual que por lo general no tendrá vibración propia. Otra característica del dildo es que comúnmente tienen forma fálica. Sin embargo, cada vez hay más diversidad, como dildos en forma de dragón, otros en forma de helado o dildos de doble cabeza. Generalmente, el dildo se utiliza para penetración, ya sea vaginal, anal o por la boca, sin embargo la forma en la que se utilizan varía y depende de la imaginación de las y los usuarios de un dildo.

Los dildos no son ninguna novedad, ya que hay registro de ellos desde la época paleolítica y eran creados de diferentes materiales, como madera, piedra o hueso.

Una pregunta con la que me he topado bastante es “¿Cómo puedo hacer mi propio dildo?”. Esto no es algo que yo recomiende, ya que uno de los puntos más importantes al momento de escoger cualquier juguete sexual es el material, pues un material poroso puede acumular bacteria y causar alguna irritación o infección, por eso siempre recomiendo comprar juguetes de silicona médica (es tu cuerpito, cuídalo).

¿Qué es un vibrador?

Como lo dice su nombre, un vibrador vibra y estos tampoco son novedad. De acuerdo con Philippe Brenot, psiquiatra y antropólogo, Cleopatra fue la creadora del primer vibrador. Este vibrador consistía en un papiro enrollado con abejas en su interior y con el revoloteo de las mismas creaba una vibración. Sin embargo, en 1880 esta modalidad de juguete sexual se utilizó de una forma completamente diferente, puesto que se comenzó a utilizar como un remedio médico y se promovía como cura para diferentes males, desde el dolor de cabeza hasta la pérdida de peso. El vibrador se estigmatizó y su reputación cambió entre 1920 y 1950 ya que fue muy utilizado en videos pornográficos. 

Los vibradores pueden variar en su tamaño, forma y uso. Pueden ser para uso externo o interno. Los vibradores de uso externo sirven para estimular el órgano sexual más largo que tenemos, que es la piel, principalmente en las zonas erógenas, como los labios internos, los labios externos, el clítoris, los pezones, el ano o el periné.

Por otro lado, los vibradores internos que son por lo general en forma fálica o en forma de huevo, sirven para ser introducidos por el canal vaginal o por el ano. Los vibradores además de estimular la piel y los genitales externos, también estimularán el clítoris (de forma indirecta) y el punto G. 

Los dildos y los vibradores sólo son dos opciones en una vasta y diversa lista de juguetes sexuales que hay en el mercado, siendo de los más populares y utilizados. 

Ahora que ya sabes la diferencia entre ellos y que te empapaste un poquito de los distintos usos que tiene cada uno, te invito a que explores la parte más bonita de la sexualidad que es explorar con ellos por tu cuenta. Recuerda que tu imaginación es el límite y el placer es personal, así es que siempre puedes encontrar nuevas formas de utilizarlos para poder conectar con tu placer y/o el de tu pareja.

Recuerda que si te interesan estos temas puedes escucharme todos los miércoles en mi podcast “Superalo Por Favor”, disponible en las diferentes plataformas como Spotify, Youtube o Apple Podcast. También comparto información relacionada en mi instagram @eva_latapi. De todos modos, nos leemos la próxima semana en otro artículo, aquí en el blog.

Referencias:

https://unboundbabes.com/blogs/magazine/difference-between-vibrator-and-dildo

Si alguna vez hemos escuchado sobre la importancia del piso pélvico, probablemente lo relacionamos en automático con el embarazo o con la maternidad. Por lo común, las mujeres comenzamos a trabajar de forma necesaria nuestro piso pélvico cuando tenemos molestias o complicaciones, sin embargo, también es importante trabajarlo de manera preventiva si estás considerando ser madre. Pero ese no es el único fenómeno que pone en riesgo su fuerza, ni tampoco significa que el piso pélvico sólo nos es útil o necesario durante el embarazo.

Cuando comencé a interesarme por el tema, una amiga que ya es madre me preguntó –¿Por qué estás investigando ese tema si tú nunca has estado embarazada y no tienes problemas relacionados?–. 

En el artículo de hoy les voy a explicar la importancia del piso pélvico y su maravillosa función, incluido el papel tan importante que juega en nuestra vida sexual y algunos recursos de cómo fortalecerlo.

Puede ser que a estas alturas te estés preguntando – ¿Dónde está el piso pélvico? – o incluso – ¿Qué es el piso pélvico? –. Para explicarlo les comparto esta explicación que me gusta mucho de la fisioterapeuta Emily Heah;

Imagina una hamaca de músculos y ligamentos que se adhiere al hueso púbico (al frente); los huesos isquiones (los huesos de la pelvis con la que nos sentamos) a ambos lados; y al coxis en la parte posterior; este es el piso pélvico. Es un grupo de músculos y tejido conectivo que se encuentran en la base de la cavidad pélvica.

El piso pélvico es esta “hamaca” que va a detener tanto a la vejiga, al intestino y en caso de un embarazo, al feto en crecimiento; y funcionan como músculos centrales para sostener y estabilizar la columna. Está tan subestimada su importancia que se cree “normal” que una mujer embarazada tenga incontinencia urinaria (la pérdida involuntaria de orina) o dolores en la espalda durante un embarazo, pero eso muchas veces se debe a que la persona embarazada tiene un piso pélvico débil.


Como mencionaba, el embarazo no es lo único que puede debilitar el piso pélvico, ni tampoco es algo que únicamente se de con la edad. El piso pélvico se puede debilitar por muchas razones como puede ser la obesidad, cargar mucho peso, estreñimiento frecuente, cambios hormonales o inclusive estornudos y tos crónica.

El piso pélvico es una estructura de la que no valoramos su increíble función hasta que falla, por lo que, independientemente de la edad que se tenga o de los posibles planes de maternidad, se debe fortalecer y ejercitar rutinariamente. 

La Dra. Anna Cabeca, médica osteopática experta en menopausia y salud sexual, asegura que el tener un piso pélvico fuerte facilitará tener orgasmos más fuertes, ya que ayuda a aumentar la intensidad física durante la penetración vaginal.

El piso pélvico puede fortalecerse de diferentes formas. Puede ser por medio de ejercicios hipopresivos, ejercicios de Kegel o juguetes sexuales. A continuación les platico un poco más de cada uno.

Ejercicios Hipopresivos

Los hipopresivos son ejercicios a través de posturas y movimientos, los cuales no se recomiendan realizar durante el embarazo ya que podrían provocar contracciones prematuras. Tampoco se recomiendan para personas que padecen de hipertensión arterial, a menos de que sea junto con un o una profesional. 

Si te interesa este tema te recomiendo los hipopresivos de Wellness Grace a quien puedes encontrar tanto en su página web como en Instagram @hipopresivoswellnessgrace

Ejercicios de Kegel

Es uno de los recursos más utilizados. Consisten en contraer y liberar los músculos del piso pélvico para fortalecerlos.  Puedes comenzar contrayendo el piso pélvico mientras orinas y controlando la salida de la orina o también puedes utilizar bolas chinas u otros dispositivos como los que menciono a continuación.

Juguetes Sexuales

Si bien el producto del que les voy a hablar también tiene un fin fisioterapéutico, decidí llamar así a este apartado ya que lo pueden encontrar en La Dildería. Se trata de una versión tecnológica de las famosas bolas chinas, solo que tienen una variedad de pesos y funciones inteligentes increíbles. 

LUNA Smart Bead™ de Lelo: gracias a sus sensores táctiles que responden a tus movimientos, el dispositivo selecciona de forma automática la rutina de ejercicios Kegel más adecuada para ti. A medida que tu suelo pélvico se tonifica, LUNA Smart Bead™ te indicará uno de sus 5 niveles progresivos de ejercicios guiados por vibración. Su uso continuado te hará disfrutar de orgasmos más intensos y frecuentes.

Las LUNA Beads™ de Lelo Están disponibles en 2 tamaños –Classic y Mini–, permitiendo a todas las mujeres encontrar el tamaño adecuado para practicar el entrenamiento pélvico más eficaz. La elegante versión de LELO de las clásicas bolas ‘ben wa’ proporciona a las usuarias orgasmos más duraderos, más intensos y más fácilmente alcanzables, una reducción del riesgo de padecer incontinencia y otros problemas del suelo pélvico, así como una rápida recuperación del tono y de la elasticidad tras el parto. Asimismo, son el único sistema de ejercicios de Kegel que permite mezclar y combinar los pesos. Cada set incluye dos bolas de 28 g. y dos de 37 g. que pueden combinarse gracias al conector de silicona para crear rutinas de ejercicios personalizadas.

Ya sea que decidas hacerlo a través de gimnasia abdominal, únicamente contrayendo los músculos o con el uso de juguetes sexuales; al piso pélvico se le debe prestar mucha atención y fortalecerlo de forma rutinaria independientemente de tu edad o de si tienes planes de maternidad, ya que puede verse afectado y debilitado por diferentes circunstancias. Además los beneficios en la actividad sexual al mantener el piso pélvico ejercitado son sumamente recomendables.

Recuerda que si estos temas te interesan, puedes encontrarme en redes sociales en Instagram como @eva_latapi, en Facebook como Eva Latapi y todos los miércoles puedes escuchar mi podcast Supéralo Por Favor en Spotify, Apple Podcast o Youtube.

La falta de educación sexual tiene un impacto incalculable en diferentes áreas de nuestras vidas. Al ser el sexo un tema tabú, no se habla, ni tampoco se pregunta lo suficiente al respecto, pero aun así se buscan respuestas a las preguntas, desafortunadamente en los lugares incorrectos. Uno de esos lugares son las películas eróticas, en las que cada vez más, se basa la educación sexual de las nuevas generaciones.

A pesar de encontrarlo tentador, en este artículo no discutiré los aspectos éticos o no éticos de la industria pornográfica para alentar a que se deje de consumir, ya que el impacto está vigente y no por prohibir o ensuciar al porno la gente dejará de verlo de forma inmediata, por lo que seguirán basando mucha de su educación sexual en ello. Mi objetivo es más bien poder desmitificar la pornografía y hacer consciente a mis lectores y lectoras de que el sexo en la realidad no es como en esas películas.

Cuando hablo de sexo con mis pacientes muchas y muchos sienten que hay algo mal con ellas o con ellos porque no hacen o no les gustan las cosas como a “todas y todos los demás”. Cuando profundizamos de dónde vienen estas frustraciones y estas ideas de lo que “debería” de ser el sexo, muchas resultan ser ideas que nos ha vendido la industria pornográfica.

Ante esos casos, me gusta decirle a mis pacientes que esperar que nuestra vida sexual sea como el porno sería casi tan ingenuo como esperar que nuestra vida amorosa sea como una película de Disney. Las películas eróticas al igual que las animadas son fantasía y si deciden verlas y disfrutarlas es importante que se les vea como lo que son, películas de ficción.

Hace falta mucha educación sexual y los mitos que nos vende el porno son muchísimos. Sin embargo, hoy les quiero mencionar algunos de ellos para que estén conscientes y trabajen en quitárselos de la cabeza para comenzar a ver el sexo de una forma más realista:

  1. Un hombre siempre va a querer sexo: esto no es así, no todos los hombres podrán y/o querrán tener sexo en cualquier momento y en cualquier lugar.
  2. Cuando una mujer lubrica es porque está excitada: existen dos tipos de excitación; la física y la mental. Puede ser que una persona esté excitada físicamente (o sea que lubriqué y/o tenga una erección) y no esté excitada mentalmente. La excitación importante es la mental.
  3. La mujer llegará al orgasmo únicamente con la penetración: entre el 72 y el 80% de las personas con clítoris no podrán tener un orgasmo únicamente con la penetración, por lo que debe de haber estimulación externa del clítoris.
  4. Entre más ruidos haga una mujer en la cama mayor es el placer: no todas las mujeres hacen los mismos ruidos al tener sexo y el volumen o cantidad de ruidos no determinan el nivel de placer.
  5. A todas las mujeres les gusta el sexo violento: para saber cómo le gusta el sexo a una persona, te sugiero preguntarle en vez de asumir lo que le podría gustar.
  6. El tamaño del pene determinará el placer que siente una mujer: el tamaño del pene no es relevante, ya que las terminaciones de placer están en el clítoris, cuya estructura está al inicio del canal vaginal.
  7. No es necesario que el cunnilingus sea extenso, con unos segundos basta: para saber cómo le gusta el sexo oral a tu pareja y por cuánto tiempo, pregúntale para tener certeza.
  8. Existe un prototipo de genitales “normales”: el pensar que los genitales tienen una morfología idónea sería como pensar que todas las caras deben verse igual. Así como en el resto del cuerpo, en los genitales también hay asimetría y el tono de piel puede variar.

Estos son solo algunos de los mitos del porno en el sexo. Aceptar que las películas eróticas son ficción nos permitirá conectar y conocer cómo es realmente la sexualidad para cada quién.

Es primordial abrir el dialogo y eliminar las fantasías del porno que lejos de cooperar con la falta de información en el sexo, establece “ideales” inalcanzables que deja a sus espectadores y espectadoras sintiendo una desconexión y frustración sexual.

¿Qué diría en la actualidad Freud, quien afirmó que existía una supuesta envidia por parte de las niñas al pene del varón durante su desarrollo psicosexual, si supiera todo lo que hoy se sabe sobre el clítoris?

Seguido comento sobre lo magnífico que es el clítoris, una estructura del cuerpo cuya única función es dar placer, y que a mi consideración no recibe el crédito que merece. Es por eso que decidí dedicarle este artículo, pues es importante conocerle más a fondo.

Durante las primeras semanas de gestación de un humano no hay distinción entre el clítoris y el pene. En realidad, el clítoris es el homólogo del pene, con la diferencia de que el pene tiene la función de orinar y eyacular. El clítoris por su parte solo tiene una función, dar placer, tomando un papel importantísimo en el orgasmo de las personas con vulva, por lo que es primordial que se entienda su anatomía para que sea más fácil estimularle de forma adecuada.

Entre el 72% y 80% de las personas con clítoris no logran llegar al orgasmo únicamente con la penetración. Anteriormente se hablaba de dos tipos de orgasmos, el vaginal y el clitoriano. Considerándose el vaginal como el orgasmo que tiene una persona cuando hay penetración de forma vaginal y el clitoriano el que se tiene como resultado de la estimulación del glande o cabeza del clítoris, por lo general de forma externa.

Sin embargo, hoy sabemos que esto no es así y todo se debe a la maravillosa anatomía del clítoris.

El clítoris, que tiene más de ocho mil terminaciones nerviosas en el glande o cabeza, es extremadamente sensible a comparación de su homólogo, el pene, que únicamente tiene alrededor de cuatro mil terminaciones nerviosas en la misma zona, o sea en el glande.

El clítoris no es únicamente un “chicharito” cubierto por el capuchón, como se creía anteriormente. La estructura completa del clítoris mide entre 10 y 14 cm y su gran mayoría está de forma interna. Esto era completamente desconocido hasta que Helen O’Connel, uróloga australiana, publicó en 1998 la estructura completa del clítoris. Sin embargo, no fue hasta 2009 que se pudo fotografiar de forma sónica.

Es gracias a que el clítoris está abrazando el canal vaginal, que entre el 20% y 28% de las personas con clítoris, también podrán llegar al orgasmo con la penetración vaginal. Esto se debe a que el clítoris es estimulado de forma indirecta por su contacto con el canal vaginal y no por la estimulación de la vagina per se, pues en la vagina no hay terminaciones nerviosas de placer, por lo que es la anatomía del clítoris lo que definirá si una persona puede tener un orgasmo mediante la penetración o si es necesaria la estimulación externa del clítoris.

¿Y qué es el orgasmo? El orgasmo se define como una liberación de tensión seguida a la excitación y puede presentarse con diferentes sensaciones para cada persona. No existe una manera correcta o incorrecta de tener o sentir un orgasmo. Durante el orgasmo habrá entre 3 a 15 contracciones vaginales, en el útero e inclusive en músculos más grandes como los muslos.

Para poder llegar al orgasmo, una persona debe estimular el clítoris, ya sea con los dedos de la mano o con algún otro objeto, como un juguete sexual. Si se hace interactuando con otra persona, además de las formas anteriormente mencionadas, también se pude estimular el clítoris a través del cunnilingus, coloquialmente conocido como sexo oral.

Algo importante que se debe saber, es que el clítoris es tan sensible que si no se estimula de forma adecuada puede llegar a lastimarse y ser doloroso, pero si se estimula de forma correcta, el placer generado puede llevar a la persona al orgasmo.

Así es que, en mi opinión, una niña con clítoris no tiene por qué sentir envidia por el pene del varón en ninguna etapa psicosexual, ya que el clítoris además de ser un homólogo del pene, es una estructura maravillosa para percibir placer, de la que aún queda mucho que aprender.